jueves, 29 de enero de 2009

Presentación de la novela por Julián Avaria

Presentación novela DÍAS FELICES
Por Julián Avaria

“Días Felices” es la segunda novela publicada de mi amigo y escritor Eduardo García. Ambas publicadas por Mago Editores quienes han advertido la calidad literaria del autor.
Esta nueva novela que publica Eduardo, es una novela de 215 páginas, dividida en tres partes, que van desde el 1980 hasta el 2007. Es un viaje en el tiempo, a través de cuatro personas que en un determinado momento deben enfrentarse ante un hecho que los saca del mundo de ensueños en el cual vivían, que los despierta y los hace descubrir que la vida no es sólo felicidad, fiestas y estar bajo el alero de mami y papi. Este hecho los hace madurar y cambiar. Allí, el autor de entrega.
Eduardo, al comenzar a escribir la novela, tenía claro el inicio, pero a partir de ese hecho que les mencioné, son los personajes quienes van decidiendo y forjando su destino, muchas veces forzando y doblegando la voluntad del autor. Es más, si me permiten ser indiscretos, el mismo autor tuvo que censurar a uno de sus personajes, suprimiendo una escena que yo, personalmente espero, salga en una próxima re-edición.
Así la historia va transcurriendo a cuatro voces, lo que permite una lectura dinámica, donde el autor no pierde el tiempo en diálogos insulsos ni rodeos metaliterarios que están tan de moda por estos tiempos.
A propósito de modas, es un acierto de Mago Editores publicar esta novela ahora, hoy. No hubiese sido lo mismo en otro momento, ya que es hoy cuando estamos viviendo en Chile una nostalgia por la década de los ’80. Y justamente, toda la primera parte está ambientada en aquella época, que si bien tiene principalmente como escenario a República Dominicana, la moda de los ’80 fue totalmente transversal en casi todos los países. Esto queda demostrado en el siguiente relato de García:
“Adoptaron esa moda de los inicios de Madonna. Típica de los años ochenta. El pelo batido, mucho maquillaje, todo tipo de ropa y exceso de accesorios y colgaderas. ¡Realmente era todo exagerado en los años ochenta!”. Además de describir los excesos de los ’80, nos inserta en la política de aquel país y nos instruye e informa cómo ésta va cambiando en el tiempo, hasta el 2007.
La escritura del autor es amena, directa, sin grandes grandilocuencias de la real academia española. Esto permite que la lectura fluya, como si estuviésemos viendo un film de suspenso. La novela no sólo tiene suspenso, es realmente un thriller trepidante, donde el autor logra a través de la sencillez del lenguaje, un relato cruel, crudo y mordaz, sin dejar cabos sueltos, y logra engranar a cada uno de los personajes en un laberinto de intrigas que se devela poco a poco hasta que el autor nos regala un epílogo final donde nos termina de hilar este tejido.
Esta novela, este telar, está sin duda tejido por una araña ponzoñosa, que goza mientras observa a sus víctimas, un arácnido viejo que teje su telaraña en algún lugar incierto y siniestro del autor.

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